Soyez réalistes: demandez l’impossible

Cuarenta años después del mayo del 68 parisino, la imaginación no ha llegado al poder. Todo lo contrario; tal pareciera que los gobernantes de hoy, no solo carecen de imaginación y sensibilidad, sino que, amén de ser autoritarios disfrazados de demócratas, son innegablemente ineptos, por no decir… algo más soez.

Y en plena era de la globalización, la falta de imaginación y la ineptitud, disfrazada de triunfalismo, es la carta de identidad de los gobernantes… y casi a nivel global. Y México, aquí si, es país puntero. Nada más hay que ver las medidas calderonistas contra la crisis alimentaria (subsidios y populismo a más no poder; al tiempo que atentatorias contra el desarrollo del sector agropecuario), o el programa de financiamiento al desarrollo, para darse cuenta de que Felipe Calderón Hinojosa, no solo carece de imaginación, sino fundamentalmente de estrategias viables y realistas para gobernar México.


Seguiremos exigiendo (y soñando) imposibles; pero viviremos, no en el realismo mágico de Macondo, sino en la cruda realidad mexicana… y global…

Aquí un par de links interesantes sobre el tema 68:


Mayo de 1968: vientos del cambio


EL AÑO QUE CAMBIÓ AL MUNDO



The Dreamers


La imagen de arriba pertenece a The Dreamers (2003)/Bernardo Bertolucci-Francia, Reino Unido, Italia. Creo que el mayor encanto de este film radica en el hecho de que los personajes centrales, Theo (Louis Garrel), Matthew (Michael Pitt).e Isabelle (Eva Green, mostrando las cualidades anatómicas que no enseñó en Casino Royale), se asumen como cinéfilos casi como un acto de militancia, un acto de amor y una declaración de principios; porque sin ser propiamente un film sobre el mayo del 68 parisino, algo del idealismo y del espíritu contestatario de ese movimiento lo recorre. Y The dreamers, podría resumirse como el triángulo soñado por Bertolucci: cine, sexo y política.


Es una película extremadamente personal que me pertenece íntima y profundamente, como a todos los de mi generación. En 1968 nos dormíamos pensando que despertaríamos en el futuro (…) hoy, sin embargo, la sociedad no permite que los jóvenes tengan sueños ni esperanzas”, declaró Bernardo Bertolucci (durante la presentación de The dreamers en La Mostra de Venecia de 2003) y además, consideró que la gente de su generación, protagonistas de la revuelta parisina, hoy se avergüenzan del pasado y se lo ocultan a sus hijos:


El Mayo del 68 es la base de nuestro comportamiento y lo hemos censurado como si fuera un error o algo que es necesario olvidar”


Quizá -habría que decirle al buen Bertolucci- lo que sucede es más simple: la sociedad actual ha perdido, casi en su totalidad, aquel aliento entre idealista y contestatario del 68 parisino. Hoy día vivimos en la inmediatez, en el imperio del lo efímero diría Gilles Lipovetsky, y eso de andar soñando con mundos mejores ¡y justos, por Dios a quien se le ocurre!, es algo que ya ni siquiera nos permitimos imaginar.