la justicia divina

esto es lo que jsutifica el gobierno estadounidense

Los cadáveres de cinco hermanas palestinas de 4 a 17 años muertas en el bombardeo nocturno israelí a una mezquita del campo de refugiados de Yabalia. Agencia France Press

 

No, no soy antisemita; pero me duele y enfurece ver la hipocresía con que se comporta el gobierno israelí. Como hace dos años en Líbano, so pretexto de perseguir terroristas, el ejército de Israel bombardea impunemente poblaciones civiles en Gaza; y también, como hace dos años,  la ONU demuestra que no sirve para nada, mientras el gobierno de George Bush, but of course, vuelve a dar su total apoyo a sus socios y amigos israelitas. No condenar esta masacre me parecería indigno. El gobierno de Israel es tan terrorista como los terroristas de Hamas a los que dice combatir. La población palestina de no merece ser masacrada… una vez más.

Y mientras estadounidenses e israelíes demuestran su cegeuera y falta de humanidad, un hombre de 86 años sigue dándonos ensayos sobre la lucidez. Aqui la nota de José Saramago

 

Israel

de el blog de josé saramago de

No es el mejor augurio que el futuro presidente de Estados Unidos repita una y otra vez, sin que le tiemble la voz, que mantendrá con Israel la “relación especial” que une los dos países, en particular el apoyo incondicional que la Casa Blanca dispensa a la política represiva (represiva es decir poco) con que los gobernantes (¿y porqué no también los gobernados?) israelíes han venido martirizando por todos los modos y medios al pueblo palestino. Se a Barack Obama no le repugna tomar su té con verdugos y criminales de guerra, buen provecho le haga, pero que no cuente con la aprobación de la gente honesta. Otros presidentes colegas suyos lo hicieron antes sin necesitar otra justificación que la tal “relación especial” con la que se da cobertura a cuantas ignominias fueron tramadas por los dos países contra los derechos nacionales de los palestinos.

A lo largo de la campaña electoral Barack Obama, ya fuera por vivencia personal o por estrategia política, supo dar de sí mismo la imagen de un padre dedicado. Eso me permite sugerirle que le cuente esta noche una historia a sus hijas antes de que se duerman, la historia de un barco que transportaba cuatro toneladas de medicamentos para socorrer a la población de Gaza en la terrible situación sanitaria en que se encuentra, y que ese barco, Dignidade era su nombre, ha sido destruído por un ataque de fuerzas navales israeliés con el pretexto de que no tenía autorización para atracar en sus costas (creía yo, ignorante redomado, que las costas de Gaza eran palestinas…) Y que no se sorprenda si una de las hijas, o las dos a coro, le dicen: “No te canses, papá, ya sabemos qué es una relación especial, se llama complicidad en el crimen”.

Les duele la cara de estar tan guapos

En Europa, los franceses son señalados con el dedo flamígero por ser racistas, engreídos y soberbios. De éste lado del Atlántico, los gringos no son los únicos con actitudes similares, pues en México algo sabemos del tema. En esta tierra, orgullosa cuna del hombre más rico del planeta -cuya imagen de rey midas solo se puede verse “afeada” por la existencia de 60 millones (57% del total nacional) de habitantes en un considerable grado de pobreza, de los cuales unos 20 millones, la padecen en grado extremo y son mayoritariamente indígenas-, en este México tan vergonzosamente desigual no tenemos nada que criticar a franceses, ni a gringos. Basta con ver un ratito la TV, con oír a la gente despotricar contra las manifestaciones ciudadanas, con escuchar los comentarios de los detractores de aquellos a quienes peyorativamente llaman «el naquerío», para darnos cuenta que en materia de racismo y elitismo no tenemos nada que “envidiarle” a nadie.

La más reciente muestra de nuestro mexicano racismo fue el foro organizado por la dirigencia panista en el Distrito Federal -por la presidenta del PAN en esta capital, quien casualmente es sobrina de Felipe Calderón, Mariana Gómez del Campo-, con miras a la reglamentación de las marchas y manifestaciones ciudadanas. En el citado foro, vertieron su opinión “plural, objetiva e independiente”, varios cuidadnos conocidos, cuyas aportaciones a la cultura nacional son invaluables. Entre otros, el ex futbolista Manuel Negrete y el cantante Emir Pavón, del grupo Cañaveral (ambos simpatizantes del PAN), quienes utilizaron expresiones que levantaron polémica y molestia por considerarse racistas.

Con todo respeto, la gente que está en las marchas (…) que todos los días vemos ahí en Reforma están muy feos, con todo respeto a la gente”, dijo el ex futbolista de los Pumas al exponer sus motivos por los que considera se deben regular las marchas.

Por su parte, el cantante Emir Pavón (una disculpa por mi supina ignorancia, yo desconocía la existencia del grupo Cañaveral, cuanto más la de su eximio vocalista) dejó ver su indignación porque las autoridades capitalinas “quieran acostumbrarnos a este inmundo estilo de vivir (…) digamos no a las marchas”, señaló el cantante.

Mon Diue, ver para creer. Este par de egregios mexicanos, a quienes debe «dolerles la cara” por estar tan guapos, deben dar gracias a Dios… por no haber sido contemporáneos de Hitler…

Update: Que oportuna resultó la reaparición del siempre servicial EPR, como diría mi abuela, “bastan dos dedos de frente” (ni hace falta tener doctorado en Harvard, o ser espía de la KGB ni de la CIA, es más ni siquiera del muy inferior CISEN), para darse cuenta que esto es otro “cuento chino”, para distraernos del verdadero Chinogate. Estos panistas piensan que todos somos igual de… “ingenuos” que ellos para creernos esta charada.

Como guerrense me siento ofendida, los guerrilleros de mi estado natal no son así, a estos eperristas a leguas se les nota su origen y filiación policiaco-militar. Los guerrilleros de Guerrero son más parecidos a los que vemos en El Violín, de hecho, pienso que en ellos debió inspirarse el director del filme, Francisco Vargas…

Protesta desnuda, la nueva moda.
















Por la diversidad que la caracteriza, pese a sus cientos de defectos y problemas, la Ciudad de México resulta un sitio fascinante, aquí podemos ver los extremos tocándose todo el tiempo. Aquí también, podemos ser testigos de las expresiones ciudadanas más heterogéneas: desde las surrealistas manifestaciones antiaborto (como Serrano Limón orando, rosario en mano, frente a la Asamblea Legislativa, mientras la sobrinita de Calderón, y presidenta del PAN en el DF, “volanteaba” en microbuses –que de seguro en su vida había abordado-), hasta las vilipendiadas marchas en contra de las políticas gubernamentales, que la mera verdad –con alguna excepción notable- no sirven para gran cosa, como no sea desquiciar aún más el de por si caótico tránsito vehicular.

Pero hay otro tipo de manifestaciones que por lo menos resultan más llamativas y, en estos días de calor sofocante, muy refrescantes: encuerarse a plena luz del día y en plazas harto emblemáticas. Esta ciudad es la preferida para despojarse de ropas (y complejos) con fines de diversa índole. Esta práctica nudista no la inició el fotógrafo gringo Spencer Tunik sino los integrantes de la “organización de los 400 pueblos”, que eran abucheados y vilipendiados por los medios de comunicación e incluso por los ciudadanos, quienes los descalificaban para tales menesteres por no responder al modelo corporal anoréxico. Después, mucho después, vino Tunik y convocó al multitudinario encuere para la foto del zócalo de la Ciudad de México. Y ahora, el sábado pasado, se efectuó nudismo en petite comite en el que participaron unos cien integrantes de la organización “Bicitekas”, quienes desnudos efectuaron un paseo ciclista de Polanco a la fuente de la Cibeles, con una escala en el Zócalo, para llamar la atención de los capitalinos sobre la importancia de reducir el uso del automóvil y exigir respeto para quienes optan por medios de transporte alternativos. Eso si, muy encuerados pero muy responsables, todos traían casco protector.